Las lágrimas eran de sal, como de sal era el océano y tu pequeño Aylan, te convertiste en marea y viento.
Un viento precioso, que jugaba con
anémonas de mar, burbujas de colores y conchitas de cristal.
Te quedaste sonriendo, en los
brazos de un ángel, pues Dios no iba a permitir que tus bonitas alas blancas,
se manchasen.
![]() |
Sólo está durmiendo. Mahnaz Yazdani |
Hay algunos que no te ven, pero
otros hasta te sentimos, por ser un niño y querer jugar con la arena de la
playa a hacer castillos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Y tú? ¿Qué le contarías a la Luna...?