A mis queridos poetas,
Que como muchas otras personas,
Derramaron su preciosa sangre,
Durante la guerra.
A mi Hernández de mi Vida,
Para que sepa:
Que todavía sus nanas de la cebolla.
Alivian nuestra pena
- y hasta nuestra agonía-.
A mi Lorca de mi Corazón,
Que con gran desolación,
Tuvo que ver como su Granada,
Veía como acallaba el último quejío,
De su voz.
Y las demás provincias también lloraban,
En un mero intento de consolar,
A esas pobres guitarras.
Y a mi Machado de mi Alma,
Que murió con tanta pena en el corazón,
Mirando siempre hacia su España.
Una España que siempre, los recordó.
Autor: Tu memoria, seré yo
Bueno, mi pequeñina, acabo de repasar tu blog saboreándolo como a mí me gusta. Ni siquiera sabía de la existencia de este blog, o si he sabido de ella, lo he olvidado. ¿Qué te voy a decir? Que me encanta, porque todo lo que tú escribes me encanta y me ha encantado desde que te conocí, y me gustan las imágenes que pones,lo que dices y lo que expresas, y me haces recordar con nostalgia mis tiempos "desde mi niebla". Lo tuyo es y será siempre escribir, Dawy. No dejes de hacerlo nunca, aunque alguna vez tengas que detenerte para "tomar aliento", pero vuelve y vuelve.
ResponderEliminarTe quiero.
Me Alegro Muchísimo que te guste Tesoro mío.
EliminarEres muy muy LINDA conmigo siempre y tus palabras al igual que tu amistad son tan bonitas, puras y sinceras...Que eres tu a mi la que me sacas los colores.
Sabes que me encanta escribir, que necesito hacerlo aunque tenga épocas de "sequía" como nosotras las llamamos, porque es lo que llevo haciendo siempre, eso y leer. Y no sé yo si sobreviviría eternamente sin realizar ninguna de las dos.
Te Quiero, Preciosa G.B.L.R