miércoles, 22 de abril de 2015

Antonia Cabrera. Una historia de nobleza, coraje, altruismo y fuerza.

Este tipo de vídeos, aunque pone realmente los pelos de punta... Me gustan.
No sé si dentro de mi existe algún tipo de parte masoquista que aún no he descubierto...Puede ser.
Pero este tipo de vídeos que muestran historias como los de ésta niña de tan sólo 16 años, son los que a mi me gusta compartir y me gusta hacerlo porque muestra algo real. Algo que puede pasarnos a cualquiera, a ti, a mi, a tu vecino, a cualquiera de tus familiares. Y es algo digno -al menos para mí-, de mostrar al resto de personas de éste mundo.

Enseña a ver la vida, enseña a cómo podemos tomarnos las cosas si de una manera u otra, y que es cierto que en la vida nos pasan cosas malas o nos pasaran en un futuro, pero también hace mucho como sobrelleves las circunstancias que te han tocado vivir.
A mi particularmente, por las mías que más de uno ya conoce y sabe, siempre me dicen "No sé cómo aguantas". "No sé cómo eres capaz de hacer tantas cosas", o, "Yo no podría hacerlo".
Pienso que probablemente cada uno estemos aquí para "soportar" o aprender (o ambas), cosas diferentes, pero también es cierto que quizás mi situación dependiendo de la persona que sea la viva de otra manera, la observe de manera totalmente opuesta a  como yo la veo etc. Porque eso es la vida. Pero también es cierto que creo que quizás cada uno tiene que "llevar para adelante", algo concreto. Y seguramente, aunque a veces nos sintamos que no podemos más, que la situación que vivimos puede con nuestras fuerzas... No lo hace. Y eso es porque podemos con ella, aunque a veces no sepamos bien cómo lidiarlas.
Seguramente yo no podría quizás soportar lo que Antonia Cabrera cuenta en el vídeo -o sí, ¿quién sabe?-, quizás la persona que ahora mismo me está leyendo no es capaz de ser cuidador de alguien dependiente, pero sí capaz de lidiar con una cruel enfermedad.
Cada uno hemos venido a algo, y lo bonito e importante es descubrir para qué.

De ella...de la chica de éste vídeo... ¿Qué puedo decir más? Indudable e indiscutiblemente... Es para comérsela.
Y quiero destacar una frase que ha dicho al contar su historia "...Por ir a ayudar a los demás, con sólo sonreírles...Uno les puede alegrar el día."
Siempre he pensado que estas personitas son auténticos regalos y que enseñan a todo el mundo el afán por no rendirse jam
ás, que no es que no tengan miedo, sino que no se dejan doblegar y dominar por él jamás...
Hay personas que no paran de quejarse por x motivos (que no es que no nos podamos quejar, claro que sí, porque a cada uno nos duele lo nuestro, pero también hay que saber reponerse, y decir "hasta aquí" y verlo desde otros puntos de vista completamente
 diferentes para que eso que te duele o hace daño, lo haga lo menos posible o deje de hacértelo, y poder ver las cosas en vez de cómo un obstáculo, una lección o algo que aprender, o bien algo que sacar de dicha situación como bien dice Antonia Cabrera), yo no me refiero a esas personas que cuando tienen un problema hablan para desahogarse o "quejarse" de lo que están viviendo, porque eso en mayor o menos medida...Todos tenemos que hacerlo, pero no, no me mal interpretéis, que como bien digo, no me refiero a esos casos, yo  hablo de las personas que abusan de esas quejas reiteradas, que muchas veces llegan incluso a culpar a los demás de todo lo que les ocurre, o que mientras intentas buscarle opciones de solución para los problemas que te están contando, ellos le encuentran a cada solución veinte problemas más.
Os diré algo... No podéis ayudar a quien no quiere ser ayudado.
Es duro, duele incluso ver como por mucho que intentas ayudar a una persona que aprecias... No puedes hacerlo porque él o ella misma están "anclados ahí", no es porque quieran (Algunos, porque otros sí que les gusta estar bastante en "la zona de confort", pero de estos quizás hablaré más adelante porque no tienen nada que ver con ellos), pero ellos son los que tienen que ver que necesitan salir de ahí, sí o sí.
o que sólo se miran su propio ombligo...Y no se ponen a mirar a su alrededor, ni a preocuparse de la gente que les rodea, ni a decirles un triste "¿Cómo estás?", o "¿Que tal tu dia?", "¿Cómo te encuentras?", de manera desinteresada y realmente porque lo siente, quiere saber y le importa la otra persona.


Hay una parte de mi (por no decir toda), que cree fervientemente, que, si estuviéramos más preocupados por ayudar a los otros en vez de estar eternamente metidos y ensimismados en el "yo, me, mi, conmigo", nos iría muchísimo mejor a todos.
Esta niña, es el más claro ejemplo.


Abrazos y Besos Lunáticos 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Y tú? ¿Qué le contarías a la Luna...?

Gracias Luna

  Este texto fue escrito el 21 de mayo de 2021, hoy, lo comparto también por aquí con todos vosotros y vosotras, para que se siga haciendo m...